Un aspecto que muchas veces obviamos es la planificación de la tecnología dentro de la empresa y rara vez nos paramos a pensar en nuestras necesidades futuras y el ritmo de crecimiento, y eso puede ser problemático.
Cualquiera que tenga un negocio conoce muy bien la importancia de hacer el plan de empresa, el plan de marketing (aunque este de deja de lado muy a menudo), los de expansión, etc, pero poca gente planifica como se va a montar la tecnología del negocio.
La elección de un sistema u otro puede condicionarnos a la hora de modificar procesos, establecer protocolos, crecer y funcionar a pleno ritmo a medio y largo plazo. Algo que no es nada trivial.
Ninguna empresa, independientemente de su tamaño, está exenta de eso. La mayor diferencia es si la empresa tiene un departamento que se encarga de los equipos y lo más común es que en la empresas pequeñas esto se descuide.
Si tienes tu negocio en marcha y no has planificado cómo va a cambiar tu tecnología con respecto al ritmo de crecimiento de tu empresa, nunca es tarde. Cuanto antes tengas claras las cosas, mejor podrás trabajar.
Y no solo mejor podrás trabajar, ¡sino que gastarás menos dinero!
Planificar tu tecnología no solo significa tener la tecnología que se adapte mejor a tus necesidades, sino la que se va adaptar mejor a tus necesidades futuras.
Algo tan simple como prever el incremento de tráfico o funcionalidad en tu página web puede determinar el tipo de servidor o servicio que uses desde el principio y por lo tanto los años que puedas pasar sin tener que gastar dinero en actualizaciones.
Lo mismo se puede decir del almacenamiento o incluso la movilidad de tus empleados. ¿Compensaría tener ahora un disco duro más grande que dure 5 años en lugar de uno más barato que tendrás que actualizar en 3?
Responder a estas preguntas puede parecer una tarea difícil y es un gran ejercicio para ubicar en qué momento está tu empresa. Si puedes encontrar una respuesta rápidamente significa que estás en sintonía con el crecimiento de tu empresa y eso es muy bueno.
Si la respuesta tarda un poco más en llegar, quizá necesites los servicios de una consultoría que pueda mirar tus procesos en detalle y ayudarte a planificar tus necesidades a medio y largo plazo.
De cualquier de las dos formas, este es un ejercicio perfecto para medir la temperatura de tu crecimiento empresarial.
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