El software pirata siempre ha estado presente en muchas empresas desde el inicio de la informática. ¿Compensa hoy en día utilizar software pirata?
Sería raro encontrar una empresa que no haya usado software pirata en algún momento. De hecho, en algunas encuestas llevadas a cabo hace relativamente poco, más de un 40% de los programas instalados en empresas son ilegales. En muchas ocasiones el coste, y en otras muchas ocasiones la duda sobre si un programa merecerá la pena, son motivos más que comunes que impulsan a muchas empresas pequeñas a saltarse un paso importante: pagar por usar software.
A pesar de que las medidas antipiratería se han hecho más sofisticadas con el tiempo y los modelos de confirmación de usuario online son cada vez más numerosos, así como el pago de software por subscripción, la ingenuidad de los hackers también se pone a prueba para que mucha gente se pueda hacer de casi cualquier software pirateado.
En teoría eso nos ahorra el coste del software, pero ¿cuáles pueden ser las consecuencias?
1. Seguridad
En más ocasiones de las que nos damos cuenta, el coste del software pirata no es tanto como el coste de mantener los equipos que pueden ser infectados por viruses y malware que pueden venir con programas pirateados.
En el momento en el que instalamos software pirata al que se le han quitado las medidas de seguridad, no podemos tener ninguna garantía de que vaya a estar libre de virus.
2. Acciones legales
Una inspección que revele que estamos utilizando software pirata puede conllevar hasta pena de cárcel y multas me miles de euros según la reforma del código penal de año 2015. Desde el 2018, se ha visto un incremento de las denuncias por software ilegal ya sea por ex-empleados descontentos (u empleados descontentos, que también los hay) o por el mismo fabricante de software, y cada año hay cientos de denuncias al respecto.
3. Mala imagen
La presencia de software pirata en una empresa puede crear una mala imagen delante de clientes y generar un ambiente de desconfianza tanto entre clientes y proveedores, como entre empleados.
4. Mantenimiento del software
Un programa pirateado no va a tener el mismo acceso a actualizaciones que un programa legal. El modelo de pago mensual con verificación a través de internet que se ha popularizado desde hace ya años tiene las enormes ventajas de dividir el coste en pagos más asequibles y, al mismo tiempo, nos mantiene los programas actualizados.
Ni que decir hay que el servicio técnico del software que sea no va a estar disponible en ningún momento.
5. Mantenimiento de equipos
Si por cualquier motivo, ya sea la presencia de virus o software corrupto o malicioso, nuestro sistema operativo sufriese, el coste de recuperar los equipos y los datos que se puedan haber perdido puede ser cuantioso.
Generalmente, los costes de este tipo no están cubiertos por contratos de mantenimiento estándar. Lo más normal sería que el coste de recuperar o reparar un sistema operativo dañado por software pirata sea más alto que el software en sí.
+1. Frena el crecimiento de tu empresa
La actualización de software no es un capricho de los fabricantes. Es una necesidad a partir del avance tecnológico, logístico y de capacidad de las máquinas que usamos y, en la mayor parte de las veces, obedece también a las necesidades de los clientes que cambian con el tiempo.
Tener software pirata y, por lo tanto, no tener acceso a esas nuevas funcionalidades es un freno. Si, además, la empresa cambia, o la competencia se adelanta por poder realizar tareas que antes no se podían, nos podemos encontrar con que perdemos clientes y no podemos mantenernos en la brecha de nuestra industria.
Conclusión
El coste del software pirata es potencialmente mucho más alto que el de software legal. Si estás utilizando algún programa pirata, deberías plantearte una alternativa que no se salte la ley y te evite riesgos que pueden acabar con tu empresa.
Si tienes empleados, siempre es bueno hacer una auditoría del software que haya instalado en vuestros equipos. No porque pueda necesariamente haber malicia por parte del empleado, sino porque, por ejemplo, es muy fácil instalar un programa demo que luego nos olvidamos de desinstalar cuando se acaba el periodo de demostración.
Si el coste del software es un problema, hay alternativas gratuitas que pueden ser de ayuda, aunque, como hemos hablado en otros artículos, tampoco están exentas de consecuencias.