El abstracto concepto de gratis a veces tiene unos costes en los que no reparamos a simple vista. ¿Hasta qué punto son las cosas gratis?
El abstracto concepto de “gratis” es una conversación que hemos tenido con muchos de nuestros clientes y amigos. Pongo gratis entre comillas porque una de las cosas que hemos comprobado es que, en realidad, ese concepto es muy subjetivo y, al final, todo tiene un coste.
La cantidad de información que tenemos en las redes, los tutoriales, videos explicativos, reseñas… nos pueden permitir aprender lo suficiente de los suficientes temas como para solventar problemas que, de otra manera, se nos escaparían de las manos. ¡Y cada día hay más!
Eso tiene un resultado muy marcado: “Lo busco por Internet y lo hago yo, que me sale gratis” y frases parecidas. Hay muchas. Por consiguiente, asumámoslo, todos las hemos usado alguna vez y hemos hecho algo nosotros “de gratis”.
¿Realmente nos ha valido la pena?
La mayor parte de nosotros valoramos mucho nuestro tiempo y en Creatic valoramos todavía más el tiempo de nuestros clientes. Ninguno de vosotros quiere pasar más tiempo haciendo algo que el estrictamente necesario. Hoy en día tenemos muy poco tiempo libre y si nos tenemos que ocupar de hacer todavía más cosas porque son “gratis”, ese tiempo que tardamos en aprender cómo hacerlas y luego hacerlas es un coste que puede ser alto.
Sin embargo tenemos todavía muy a menudo la experiencia de clientes y empresas que no contratan mantenimiento y prefieren llamarnos solo cuando hay algún problema que ya han intentado solucionar a través de tutoriales o videos formativos en YouTube. En muchas ocasiones nos han llamado después de implementar soluciones que no eran tales y hay que deshacer dos embrollos: uno creado por una solución inadecuada, y luego el que había en el primer lugar.
En muchos casos retrasan mucho la solución y pierden mucho tiempo, y aunque algunas veces lo solucionan ellos mismos , pero ¿igualmente ha valido la pena ese esfuerzo?
Hay docenas de tareas que podríamos realizar nosotros mismos.
Desde preparar nóminas, contratos o presentar las declaraciones de la renta, hasta limpieza de las instalaciones, crear campañas publicitarias… podríamos ahorrar un dinero al año en servicios. Pero la realidad es que eso conlleva un tiempo que podemos invertir más sabiamente en otros menesteres. Sobre todo cuando hay profesionales especializados que pueden ahorrar una cantidad de tiempo considerable.
La cosa es que también sería injusto el atribuir el buscar recursos gratis exclusivamente a un motivo económico. Mucha gente opta por buscar recursos gratuitos y solventar problemas ellos mismos por diversión, por el placer de aprender y el reto de superar un obstáculo. Y eso es importante.
Lo que nos centra a nosotros, sin embargo, es la pregunta: ¿vale tu tiempo menos de lo que cuesta tu servicio de mantenimiento?
Porque no estamos hablando solo del tiempo de la persona que va a aprender a hacer algo y luego hacerlo con la esperanza de que salga bien, también hablo del tiempo que se tarda en buscar la solución formativa necesaria y el riesgo de tener que deshacerlo todo y volver a hacerlo si la cosa no sale como debe. Asumiendo que se puede deshacer. Y eso puede ser muy costoso a corto plazo.
Esto no quiere decir que no se deban buscar soluciones online nunca, pero sí que hay que discernir bien cuando es el momento de buscarlas y cuando es el momento de llamar a un profesional.
¿Cuándo buscar soluciones online?
Nuestra recomendación es que valores si se trata de un problema crítico (tu negocio está parado, hay posibilidad de pérdida de recursos, va a suponer retrasos…) En estos casos siempre la búsqueda de una solución “casera” es un riesgo muy alto. Hay una diferencia entre aprender a poner una firma en nuestro correo que reparar un programa de facturación.
Antes de ponerte a buscar una solución, plantéate cuanto tiempo y dinero puede costar un fallo y si podrías estar haciendo otras cosas durante ese tiempo. Las respuestas serán un gran indicador de la ruta a tomar.